Panacotta de Vainilla con Frambuesas

Llega el calorcito y con el las ganas de postres suaves, frescos y ligeros, tenía esta receta pendiente desde hace tiempo, me parece que queda muy vistosa y sus sabores son de lo más original, también es versátil, ya que podemos cambiar el tipo de fruta y elegir una que se adapte a nuestros gustos, osea que más no podemos pedir...

Yo para probar hice la mitad de la cantidad y me salieron 4 palomas y 2 vasitos individuales solo de gelatina, esto ya dependiendo del molde elegido nos saldrán más o menos, en principio la receta es para 4 raciones.

Preparación

Lo primero que haremos será pulverizar los moldes con aceite vegetal, para facilitar el desmoldado, yo por si acaso siempre lo hago, no quiero llevarme ninguna sorpresa de ultima hora y eso que los moldes de silikomart van genial.

En un cazo preparamos la gelatina de frambuesa siguiendo las indicaciones del paquete, dejamos templar un poco y echamos en el molde una capa de un poco menos de 1 dedo de grosor, todo irá en función del tamaño del molde elegido y de las raciones que queramos sacar. Cuando esté casi frío, ponemos las frambuesas y llevamos a la nevera para que se solidifique por completo, durante un par de horas mínimo.

Ahora preparamos la panacotta de vainilla, para ello ponemos la gelatina a remojar durante unos cinco minutos en un poco de la leche que vamos a utilizar, el resto lo ponemos en un cazo con la nata, el azúcar y la vainilla. Calentamos hasta que empiece a hervir, retiramos entonces del fuego y añadimos la gelatina con la leche que habíamos utilizado para remojarla. Removemos hasta que esté bien disuelta y dejamos enfriar. Cuando ya esté casi fría, rellenamos los moldes hasta el borde y dejamos enfriar hasta que cuaje en la nevera durante unas 4 ó 5 horas mínimo.